Tras el temporal, los vecinos del BarrioLa Vera fueron víctimas de saqueos sobre las pocas pertenencias con las que contaban y tributarios de un régimen de tránsito diferente: “Esto parecía una guerra. Nunca vi algo así”, cuenta Lita, una vecina del barrio, mientras barre el piso de tierra.
El día después del temporal se levantó la persiana del tradicional almacén de la zona, pero los vecinos sabían que el dueño no abriría el comercio ese día y que un grupo de chicos del barrio aprovechaba la adversidad para llevarse la comida y las bebidas que continuaban frescas. Vaciaron heladeras y estantes. Lo mismo sucedió en el autoservicio de la Avenida Triunvirato, la cuadra donde comienza el barrio, que primero sufrió un abrupto corte de luz y, durante la madrugada, la pérdida de mercadería. Los vecinos suponen que lo poco que quedaba de ella fue saqueada por el mismo grupo que lo había hecho en el almacén.
Las calles, en los días posteriores al tornado parecían tener dueño. La ausencia policial y de luz contribuyó a que dos chicos, “conocidos por todos”, dice Lita, cobraran un “peaje” a los autos que querían pasar por las pocas calles habilitadas del lugar.
Doce días después, el regreso de la luz a las casas normalizó la situación, aunque la ausencia del alumbrado público todavía limita a los vecinos de “La Vera” para circular tranquilamente por las calles de su barrio.
Gisele Alessi / C.I / Com 4
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